El Instituto Metereológico Costarricense (IMC) informó que para noviembre Limón se iba a inundar y miles de familias se encontraban en alto riesgo por “las llenas”. La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) entonces desplazó equipos, vehículos, materiales, recurso humano para hacerle frente a esa posible crisis.
Pero casi como de costumbre el IMC se equivocó. Una equivocación cara y que le costó muchos millones a la CNE, al país y a todos nosotros.
Por otra parte Guima también falló su estrategia para el Mundial de Alemania. Perdimos los tres partidos, quedamos de penúltimos e hicimos el ridículo. Pero hoy Guima es entrenador de la selección de Panamá y gana mucho más de lo que devengó en salario aquí.
Aprendió de su error y se logró vender muy bien.
“Vea Dani, no se compre ese carro porque puede ser que no esté muy bien. Espérese y verá que podemos encontrar otro mejor.” – Me decía mi papá hace algunos años cuando yo quería comprar un carro precipitadamente. No le hice caso y corrí presuroso a los brazos de la imprudencia.
Tuve que invertir mucha plata para reparar el motor, el vehículo no era funcional para mis necesidades, las llantas parecían de chicle, la pintura era como esmalte de uñas. Terminé vendiéndolo y perdiendo bastante dinero.
Me equivoqué y lo pagué caro.
Y es que equivocarse es un arte. Y uno como artista debe escoger los momentos para expresar su vocación de manera esplendorosa y vívida. Hay que equivocarse con estilo, con la convicción de lograr un beneficio del error.
Muchos dicen que para crecer hay que cometer errores. Puede que sea cierto, pero equivocarse en los temas gruesos de la vida puede crear heridas, daños y sufrimientos irreparables.
Sepamos en qué podemos equivocarnos y en qué no. No dejemos al garete las decisiones que marcarán nuestra vida, pues dedicarle a la existencia misma el arte de equivocarse una y otra vez nos hará tal vez figuras reconocidas, pero no nos dará la felicidad del reconocimiento de nuestra obra.
Y como puede que diga Guima: ¡A equivocarse carajo!... pero con estilo.
2 comentarios:
Aveces un error es doloroso, uno como escritor suele equivocarse en la forma de tratar un tema, y un cuento que pudo ser un buen cuentro, termina siendo mas bien una atrofia cerebral... por esto y otras cosas que apuntas, en definitiva equivocarse es un arte... hay errores memorables que han llegado a ser reconocidos... pero mas valioso aún es cuando alguién se equivoca, y reconoce publicamente que lo hizo y aprendió de su error...
Hace tiempo que no leia algo tan bonito. En estos tiempos donde se encuentra tan castigado el error, me gusta que haya voces en contra. Mas que el arte de equivocarse, yo lo definiria como el "derecho a equivocarse", tal vez, sea lo mismo, pero es un idea que se me acaba de ocurrir.
Gorka
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