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2 oct 2007

Los delirios porcinos de Sebastián



Villa Esperanza estaba incrustada en medio de la espesa selva. Nadie entraba o salía de allí desde el terremoto del año 56. Los 966 habitantes habían tenido que aprender a sobrevivir con poco y encontraron en los cerdos su única oportunidad permanecer con vida.

Desde entonces toda la economía de la villa tenía que ver con los porcinos. El pueblo había aprendido a utilizarlos como materia prima de todo: zapatos, ropa, pelotas de fútbol, helados y hasta refrescos gaseosos.

Pero Sebastián detestaba los cerdos a muerte. Su odio parecía irracional a vista de la gente.

-Los he descubierto. Nos van a matar a todos, tienen un plan. Están esperando un descuido para volverse en contra nuestra. ¡Muerte a todos los puercos! - esa era la cantaleta de Sebastián desde que la gente tenía memoria de él.

De sus padres no se sabía nada. Apareció en la calle hacía unos 10 años. Él decía que los cerdos habían secuestrado a su familia y los tenían reclusos en un túnel a la entrada del pequeño pueblo.

Nadie le hacía caso a Sebastián y ya empezaba a hartar a todos con sus delirios. Pero ese mediodía había tomado la decisión de irrumpir en la casa del autoproclamado Gobernador Municipal para exigirle la muerte de todos aquellos animales.

Traspasó con facilidad el portón de la vivienda cuyas paredes y piso estaban hechas de piel de cerdo. Corrió por el jardín y se asomó por la ventana. Cuando estaba a punto de irrumpir para hacerse escuchar, quedó petrificado por una imagen perturbadora.

Allí estaba el gobernador sentado en su sillón hablándole a un grupo de cerdos vestidos con uniforme militar. Hubo un silencio y el hombre con el abano en su mano dijo resignado:

-Está bien quédense con todo el pueblo, pero déjenme escapar a la selva con mi familia.

El cerdo mayor asintió y se limitó a decir: -Es hora de la revancha. Hoy mismo se consumará.

Sebastián sabía que no estaba loco. Corrió a la plaza y le suplicó a la gente su atención. Más por lástima que por otra cosa, logró reunir a un buen grupo. Habló entonces con gran lucidez: contó de las motivaciones de los cerdos para atacar, del plan para tomar al pueblo y del traicionero gobernador que había vendido la suerte de todos para conservar su vida y a la de los suyos.

Apenas terminó, una carcajada general azotó sus oídos. Su esfuerzo había sido inútil.

A las 3:59 p.m. ocurrió. Los cerdos se alzaron y dominaron fácilmente al pueblo. La estrategia militar exquisitamente planeada por más de una década sometió a quienes opusieron resistencia en tan sólo 14 minutos.

El gobernador no pudo escapar como lo tenía planeado. Los cerdos le traicionaron pues habían decidido empapelar el Palacio del nuevo Gobierno Porcino Militar con su piel.

Una oscura tarde de abril, dos años después de aquel suceso, apareció en las laderas de la montaña adyacente a la ciudad, un hombre medio muerto, extremadamente flaco y que se hacía llamar Sebastián. En su terrible estado hablaba cosas extrañas de un levantamiento porcino en un pueblo remoto y del plan para tomar la gran ciudad en poco tiempo.

Empezaba la cuenta regresiva para Sebastián y para toda la gran ciudad...

26 comentarios:

Alejandra dijo...

Me recordó a "La granja de los animales", el texto de Orwell.
Yo estoy convencida que son los ratones los que, si se organizan algún día, nos pueden conquistar. Hay 5 o más por cada uno de nosotros en el subsuelo...
Saludos

...flor deshilvanada dijo...

Me recuerda a las dictaduras que han vivido varios paises de latinomérica...

Saluditos Danilo!

Graciela dijo...

algo asi como: el valiente vive hasta que el cobarde quiere=S pero llevado al extremo =(

buen cuento=)
SAluditos =)

Anónimo dijo...

comparto el comentario de evan, abrazos Danilo y perdon por la ausencia

Loredana Braghetto dijo...

Danilo!, muchas gracias por conocer mi espacio y que éste, te haya gustado.

Bueno Colega, jajaja, es tb para mí un honor darme una vuelta por el tuyo.

Feliz de que regreses nuevamente. Yo lo haré contigo.

Besos.

- JJ dijo...

Entrar a tus historias es siempre una gran aventura. Buena narrativa. Imaginación hilarante que nos atrapa hasta ese final abierto.
Un placer leerte.
Abrazos!

Madame Vaudeville (Chus Álvarez) dijo...

Mmmmm..., ¿helado de cerdo?

Sabores aparte, dígame que escribe profesionalmente, por favor. No puedo creer que no sea así. ¡Me encanta, me engancha, provoca querer leer más. La redacción es fabulosa; los textos siempre tienen ritmo, estilo propio, sencillez en la escritura. ¡Y encima es usted original y creativo!
¡¡¡Quiero comprar sus libros ya!!!!!
Por cierto, le eché de menos este tiempo. Espero sus escritos con la ilusión de una niña.
Mil besos y descanse mucho, que veo que trabaja demasiado...
Suya siempre, su cabaretera Vaudeville.

Amorexia. dijo...

Fabuloso amigo mio! hay que aprender a ver y a oir...

Anónimo dijo...

Ciertamente me dejó un sabor a Orwel, uno de los autores que más me ha impacto.
Bien por Danilo y sus historias tenebrosas y reflexivas.

Lara dijo...

Veremos a ver si algún día no pasa algo así ;)
Me ha encantado la historia.
Besos.

Zyanya dijo...

Jejeje no se si solo a mi, pero me hiciste reir con tu historia (o será el efecto de tanta medicina que traigo dentro????)... Como sea me encantó! TE dejo saluditos ^^

Anónimo dijo...

Me sumergiste en ese pueblo y hasta me imaginé un cerdo gigante que queria besarme. Es una pesadilla sutil que me hizo pasar un rato ameno. Entre tierno y fuerte.
Me agradó mucho.

Te abrazo con afectos!

Celeste dijo...

Ay, Danilo! Con lo que me gusta el jamón... creo que de tratar de tomar esta ciudad, vendrían por mí antes que por cualquiera.

Ahora bien, desde mi punto de vista, los oprimidos tienen siempre un punto de quiebre, tarde o temprano. El abuso, el maltrato y el irrespeto indiscriminado minan las conciencias de víctimas y de victimarios pero no las desgarran y tarde o temprano, se impone el orden y el equilibrio de las cosas. Así juega la madre naturaleza.

Acá estamos llenos de cerdos.

Beso celeste.

PD: Gracias por sublevarme. Hoy, me hacía falta. También yo he estado secuestrada por mis ocupaciones mundanas. Por fortuna de vez en cuando sacudo mis alas y me elevo... hasta aquí, por ejemplo.

Mónica dijo...

Muy buena historia... y todo puede pasar ¿no? quién dice que no...Bsss. me gustó tu blog, te espero por el mío Bsss.

alfonso dijo...

Magn�fica historia.
Tomo nota. Estamos todos avisados. No sabemos cuando ser� pero el proceso est� en marcha desde hace tiempo.

Cintia Chantada dijo...

exelente amigo! siempre me sorprendes saludos

Lumi dijo...

maravilloso!!!!!

saludos

Lucia dijo...

Espero que aquí, en Venezuela, la revuelta la protagonicen los pollos, que no hay.
Muy divertida tu historia.
besos

Pablo Distinto dijo...

Interesante escrito, casi una oda al equilibrio de la libertad

Saludos el desinterpretador

Mariel Ramírez Barrios dijo...

Urgente hay que avisarles atodos! me muero si aparecen ratones...o cucarachas.Prefiero,lejos ,los cerdos.Amigo,usted se supera a sí mismo!!

Anónimo dijo...

pasando a decirte que me gusta tu nueva foto y que tengas un gran fin de semana

Clementine..... dijo...

terrorifica y como te gustn os animales!!!!!


jajajjaja


Asi no dan ni ganas de tener mascota...

algun dia como en el planeta de los simios ellos mostrandose sumisos en un hoy, mañana muestran su realidad...


No hay que subestimarlos...

besitos y ronroneos....

disculpa mis pobre visitas.....problemas tecnicos...

Madame Vaudeville (Chus Álvarez) dijo...

¿Dónde estáaaaaaaaaaaaaaaaaaa?
¡Le echo de menoooooooooooooos!
¡Escriba prontoooooooooooooooo!

Un beso con eco (por eso del vacío que deja en sus seguidores)

Anónimo dijo...

Gracias por tu visita a mi blog

Un abrazo
Mariajose81
www.mariajose81.blogspot.com

El Analista dijo...

Muy buen cuento, una historia que de una u otra manera siempre he pensado, pero lo pensaba mas con las vacas.

Anónimo dijo...

Excelente! Me encantan tus cuentos!
Cuando sacas un libro? te lo diseño? jajaja.......